Burundi

El 19% de las niñas de Burundi se casan o contraen matrimonio antes de los 18 años y el 3% antes de los 15.

En Burundi, el 1% de los varones se casa antes de los 18 años.

El matrimonio infantil está motivado por la desigualdad de género y la creencia de que las niñas son inferiores a los niños.

En Burundi, el matrimonio infantil se ve agravado por:

● Normas de género: A algunas chicas se las llama umukobwaque significa "destinadas al precio de la novia". Debido a la creencia común de que el principal propósito de una niña en la vida es casarse, muchas familias ven poco sentido en invertir en la educación de sus hijas. Durante los pocos años que las niñas viven con sus padres, se espera que se ocupen de las tareas domésticas para prepararse para su futuro papel de esposas. Las niñas burundesas no pueden heredar propiedades y tienen pocas opciones para obtener ingresos y mantenerse. Por ello, muchas se sienten presionadas a casarse pronto para contar con el apoyo y el respeto de la sociedad.

● Alianzas políticas y corrupción: Según la Liga de Derechos Humanos de Burundi, algunas personas influyentes obligan a los padres a casar a sus hijas a cambio de ventajas económicas o políticas.

● Violencia contra las niñas: En ocasiones, las niñas que han sido violadas se ven obligadas a casarse con su agresor como resultado de acuerdos negociados por las familias fuera del marco legal formal. En algunas regiones de Burundi, chicas jóvenes son secuestradas y abusadas por chicos jóvenes que previamente han sido "rechazados". En estos casos, la violación de la niña avergüenza a su familia y a veces se considera mejor negociar un acuerdo matrimonial como restitución moral.

Los contextos humanitarios pueden abarcar una amplia gama de situaciones antes, durante y después de catástrofes naturales, conflictos y epidemias. Exacerban la pobreza, la inseguridad y la falta de acceso a servicios como la educación, factores todos ellos que impulsan el matrimonio infantil. Aunque la desigualdad de género es una causa fundamental del matrimonio infantil tanto en contextos estables como de crisis, a menudo en tiempos de crisis las familias ven en el matrimonio infantil una forma de hacer frente a mayores dificultades económicas y de proteger a las niñas de una mayor violencia.

En el caso de Burundi, tras un intento de golpe de Estado en 2015, miles de burundeses huyeron a los países vecinos de Ruanda, Uganda, Tanzania y la República Democrática del Congo. Aunque la situación humanitaria en Burundi se ha estabilizado desde 2017, sigue siendo frágil. En 2022, 1,8 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria.

● Conflicto: La guerra civil de Burundi (1993-2005) y el estallido de violencia de 2015 aumentaron significativamente la pobreza y la inseguridad en Burundi. A ello se sumaron inundaciones, sequías y corrimientos de tierra, todo lo cual perjudicó los medios de subsistencia de muchas comunidades. Cuando los refugiados burundeses empezaron a ser repatriados desde Tanzania en 2002, se ejerció más presión sobre unos recursos agotados. Esto puede haber creado condiciones propicias duraderas para el matrimonio infantil, tanto como medio de supervivencia como de estabilidad. Además, existen pruebas anecdóticas recientes de matrimonios infantiles en los campos de refugiados burundeses en Tanzania.

Burundi se ha comprometido a poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado para 2030, de acuerdo con la meta 5.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El gobierno presentó una Revisión Nacional Voluntaria en el Foro Político de Alto Nivel de 2020. En esta revisión, el gobierno señaló que 1 de cada 5 mujeres de entre 15 y 24 años es analfabeta, y algunos de los retos para la educación sensible al género incluyen el embarazo adolescente y el matrimonio infantil.

Burundi copatrocinó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 2013, 2014, 2016, 2018 y 2022 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado, y firmó una declaración conjunta en el Consejo de Derechos Humanos de 2014 pidiendo una resolución sobre el matrimonio infantil.

Burundi ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1990, que el Comité de los Derechos del Niño ha interpretado para recomendar el establecimiento de una edad mínima para contraer matrimonio de 18 años, y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) en 1992, que obliga a los Estados a garantizar el libre y pleno consentimiento para contraer matrimonio.

En 2016, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer expresó su preocupación por el hecho de que Burundi aún no hubiera aplicado sus recomendaciones de revisar el Código de la Persona y de la Familia para normalizar la edad mínima para contraer matrimonio.

En vísperas del Examen Periódico Universal de 2018 de Burundi, el Comité de Derechos Humanos recomendó al gobierno que modificara el Código de la Persona y de la Familia para que la edad mínima para contraer matrimonio de hombres y mujeres fuera igual y acorde con las normas internacionales. Burundi aceptó examinar las recomendaciones para adoptar medidas efectivas y derogar las disposiciones legales que discriminan a las mujeres, incluidas prácticas como el matrimonio infantil.

En 2004, Burundi ratificó la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, incluido el artículo 21 relativo a la prohibición del matrimonio infantil. En 2003, Burundi ratificó el Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de la Mujer en África, incluido el artículo 6, que fija en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio.

Burundi es uno de los 20 países que se comprometieron a poner fin al matrimonio infantil para finales de 2020 en virtud del Compromiso Ministerial sobre educación sexual integral y servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes y jóvenes en África Oriental y Meridional.

En 2019, en la Cumbre de Nairobi sobre la CIPD25, la Asamblea Nacional de Burundi se comprometió a hacer frente a los matrimonios precoces en el país. También se comprometió a poner fin a la violencia sexual y de género reforzando el marco jurídico y los servicios judiciales, y promoviendo iniciativas de recuperación socioeconómica para mujeres y niñas.

Burundi es uno de los países en los que el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR)/Iniciativa DREAMS está trabajando para reducir las tasas de VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes.

Burundi es un país socio de la Asociación Mundial por la Educación (AME).

En septiembre de 2019, en un acto para celebrar el 25 aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), la primera dama de Burundi, Denise Bucumi Nkurunziza, pidió públicamente a los parlamentarios, los medios de comunicación y los padres que pusieran de su parte para prevenir y poner fin al matrimonio precoz y la violencia de género.

Según el Código de las Personas y la Familia de 1993, la edad legal para contraer matrimonio es de 21 años para los chicos y 18 para las chicas. Sin embargo, pueden casarse menores de 18 años con una dispensa del gobernador provincial y con el consentimiento de los padres.