Guatemala

El 29% de las mujeres de Guatemala están casadas o unidas antes de cumplir los 18 años y el 6% antes de los 15.

El 10% de los hombres de Guatemala están casados o unidos antes de los 18 años.

En Guatemala, la mayoría de las uniones son informales, en las que las parejas masculinas son, de media, cinco años mayores que las niñas y adolescentes. Estas uniones no están registradas, lo que dificulta su seguimiento.

Los matrimonios y uniones infantiles, precoces y forzados (CEFMU, por sus siglas en inglés) están motivados por la desigualdad de género y la creencia de que las mujeres y las niñas son de algún modo inferiores a los hombres y los niños. En Guatemala, el CEFMU también está impulsado por:

Nivel de educación: La educación es particularmente deficiente entre las comunidades mayas, que constituyen alrededor del 40% dela población de Guatemala. Un estudio muestraque los padres son menos proclives a invertir en la educación de las niñas y adolescentes porque no la consideran beneficiosa para su supuesto futuro papel de esposa y madre. Las estadísticas de las Encuestas Demográficas y de Salud muestran que las niñas y adolescentes guatemaltecas con mayores niveles de educación retrasan el matrimonio.

Pobreza: Muchas comunidades indígenas tienen escaso acceso al agua potable, los servicios sanitarios, la educación y los medios de subsistencia. Las niñas y adolescentes de estas zonas suelen casarse jóvenes para reducir la carga económica que suponen para las familias. En 2020, la tasa de pobreza de Guatemala aumentó del 45,6% al 47%, con un 68% de niños viviendo en la pobreza.

Embarazo adolescente: Las niñas y adolescentes guatemaltecas son presionadas por sus familias para que se unan o se casen cuando se quedan embarazadas (incluso cuando es fruto de la violencia sexual) con el fin de mantener el honor de la familia. Los embarazos en la adolescencia suelen ser el resultado de una educación sexual insuficiente, y pueden tener graves consecuencias para la salud de las jóvenes( las tasas demortalidad materna en Guatemala se encuentran entre las más altas de la región). Entre 2015 y 2020, para las niñas de 15 a 19 años, la tasa de natalidad adolescente en Guatemala fue del 77% y el 20% de las niñas de 20 a 24 años dieron a luz antes de los 18 años. Según la Red Guatemalteca de Observatorios de Salud Reproductiva, en enero de 2019 se registraron 114,858 embarazos en adolescentes de 10 a 19 años. De enero de 2020 a diciembre de 2020, hubo 99,656 embarazos en adolescentes.

Los contextos humanitarios pueden abarcar una amplia gama de situaciones antes, durante y después de catástrofes naturales, conflictos y epidemias. Exacerban la pobreza, la inseguridad y la falta de acceso a servicios como la educación, factores todos ellos que impulsan el matrimonio infantil. Aunque la desigualdad de género es una causa fundamental del matrimonio infantil tanto en contextos estables como de crisis, a menudo en tiempos de crisis las familias ven en el matrimonio infantil una forma de hacer frente a mayores dificultades económicas y de proteger a las niñas de una mayor violencia.

En los últimos años, la guerra de bandas y la violencia han transformado partes de Centroamérica, incluida Guatemala, en algunos de los lugares más peligrosos del planeta. Más de medio millón de personas, muchas de ellas mujeres, niños y menores no acompañados, han huido y muchos buscan asilo en Estados Unidos.

Violencia de bandas: Guatemala sigue siendo uno de los países más peligrosos para las mujeres y las niñas, con una de las tasas de feminicidio más altas del mundo. En 2017 se denunciaron 59.667 casos de violencia contra mujeres y niñas.

Guatemala se ha comprometido a eliminar el matrimonio infantil, precoz y forzado para 2030, en línea con la meta 5.3 delos Objetivos de Desarrollo Sostenible. El gobierno reiteró su compromiso con esta meta durante su Examen Nacional Voluntario en el Foro Político de Alto Nivel de 2017. El gobierno presentó un Examen Nacional Voluntario en el Foro Político de Alto Nivel de 2021, pero no mencionó el matrimonio infantil.

Guatemala copatrocinó la resolución del Consejo de Derechos Humanos de 2017 que reconoce la necesidad de abordar el matrimonio infantil, precoz y forzado en contextos humanitarios, y la resolución del Consejo de Derechos Humanos de 2015 para poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado, reconociendo que es una violación de los derechos humanos.

Guatemala copatrocinó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 2013 y 2014 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado, y la resolución del Consejo de Derechos Humanos de 2013 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Guatemala ratificó en 1990 la Convención sobre los Derechos del Niño, que fija en 18 años la edad mínima para contraer matrimonio, y en 1982 la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que obliga a los Estados a garantizar el libre y pleno consentimiento para contraer matrimonio.

Durante su examen de 2018, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU recomendó a Guatemala implementar campañas de sensibilización sobre los efectos nocivos del matrimonio infantil en el bienestar físico y mental de las niñas, dirigidas especialmente a los hogares, las autoridades locales, los líderes religiosos, los jueces y los fiscales.

En 2017, el Comité de la CEDAW expresó su preocupación por el hecho de que muchas niñas y adolescentes de Guatemala siguieran contrayendo matrimonio o uniéndose en pareja. El Comité recomendó a Guatemala que garantizara la aplicación estricta de la edad mínima para contraer matrimonio, abordara las causas profundas de los matrimonios y uniones precoces, llevara a cabo programas de sensibilización pública para poner fin a esas prácticas y adoptara medidas para proteger los derechos de las niñas que ya estaban en matrimonios y uniones infantiles.

Guatemala, como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA), está vinculada al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que reconoce el derecho de hombres y mujeres en edad de contraer matrimonio a casarse y pide a los gobiernos que refuercen la respuesta para hacer frente a la violencia de género y la discriminación, incluidos el matrimonio precoz, forzado e infantil y las uniones desde una perspectiva que respete la evolución de las capacidades y la autonomía progresiva.

Guatemala ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belém do Pará) en 1995. En 2016, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) recomendó a los Estados Partes que revisaran y reformaran las leyes y prácticas para aumentar la edad mínima para contraer matrimonio a 18 años para mujeres y hombres.

Guatemala, como miembro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, adoptó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo en 2013, que reconoce la necesidad de abordar los altos niveles de embarazo adolescente en la región, ya que suelen estar asociados al matrimonio forzado de niñas. En 2016, los países de la CEPAL también aprobaron la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género. Esta Agenda recoge los compromisos asumidos por los gobiernos en materia de derechos y autonomía de las mujeres, e igualdad de género, durante los últimos 40 años en las Conferencias Regionales de Mujeres de América Latina y el Caribe. La Agenda reafirma el derecho a una vida libre de toda forma de violencia, incluyendo el matrimonio forzado y la cohabitación para niñas y adolescentes.

Guatemala es uno de los países donde UNICEF, UNFPA y ONU Mujeres trabajan conjuntamente en el marco del Programa Conjunto de América Latina y el Caribe por una Región Libre de Matrimonio Infantil y Uniones Tempranas (2018-2021) para: alinear los marcos nacionales con los estándares internacionales, empoderar a las niñas, promover políticas y servicios que aborden los factores que impulsan el matrimonio infantil y las uniones tempranas y romper el silencio a nivel nacional y regional.

En noviembre de 2015, ONU Mujeres, UNFPA, ONUSIDA, UNICEF y la Organización Panamericana de la Salud pusieron en marcha un programa regional de prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas en Ecuador, Guatemala y México. El programa promueve cambios en la legislación para eliminar todas las excepciones a la edad mínima para contraer matrimonio.

Guatemala es uno de los países en los que la Iniciativa Spotlight (una asociación mundial plurianual entre la Unión Europea y las Naciones Unidas) apoya los esfuerzos para poner fin a todas las formas de violencia sexual y de género y a las prácticas nocivas contra las mujeres y las niñas. La Iniciativa Spotlight en Guatemala se ha centrado en disminuir la violencia de género y las tasas de feminicidio, especialmente entre las mujeres xinkas, garífunas, mayas, mestizas y afrodescendientes. Entre 2019 y 2022, la Unión Europea ha invertido 8 millones de dólares. Los fondos se han distribuido de la siguiente manera:

Política: El reconocimiento del derecho consuetudinario indígena; la facilitación del diálogo entre las autoridades indígenas y judiciales para incorporar enfoques culturales al sistema judicial; la incorporación de consideraciones culturales en la resolución de conflictos y en las sentencias judiciales; el trabajo más estrecho con las mujeres indígenas para compartir conocimientos y fortalecer la Agenda Legislativa para el Avance de las Mujeres, Niñas y Adolescentes.

Institución: En línea con el Modelo de Protocolo Latinoamericano para la Investigación de las Muertes Violentas de Mujeres, la Iniciativa apoyará el desarrollo de un modelo nacional de investigación criminal, persecución penal y reparación transformadora del femicidio.

Prevención: Implementación de programas y espacios seguros que promuevan la igualdad de género, prevención de la violencia.

Datos: Reforzar y normalizar la recogida de datos sobre violencia contra las mujeres a través del Sistema Nacional de Información.

Movimiento de mujeres y sociedad civil: Reforzar las organizaciones xinkas, garífunas, mayas, mestizas y afrodescendientes estableciendo alianzas que aboguen por la prevención y eliminación de todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres.

En 2017, Guatemala se convirtió en el cuarto país de América Latina en prohibir los matrimonios de menores de 18 años como resultado de un proceso de incidencia que incluyó una fuerte participación de la sociedad civil guatemalteca.

Aunque el Plan Nacional de Prevención de Embarazos en Adolescentes (2018 - 2022) destaca los vínculos entre los embarazos en adolescentes y el matrimonio infantil y las uniones tempranas, pero no prevé ningún objetivo o actividad para abordar el CEFMU en Guatemala.

Guatemala prohibió los matrimonios de menores de 18 años en agosto de 2017, convirtiendo los 18 años en la edad mínima legal para contraer matrimonio sin excepciones.

Anteriormente, en 2015, la edad mínima para contraer matrimonio se estableció en 18 años, pero aún se permitía excepcionalmente el matrimonio a los 16 años.