El jueves 2 de julio, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad una resolución copatrocinada por más de 85 Estados para intensificar los esfuerzos encaminados a prevenir y eliminar el matrimonio infantil, precoz y forzado, una práctica que afecta a 15 millones de niñas cada año. Se trata de la primera resolución sustantiva sobre el matrimonio infantil adoptada por el Consejo.
Reconoce el matrimonio infantil como una violación de los derechos humanos "que impide a las personas vivir sus vidas libres de toda forma de violencia" y que tiene "consecuencias amplias y adversas sobre el disfrute de los derechos humanos, como el derecho a la educación, el derecho al más alto nivel posible de salud, incluida la salud sexual y reproductiva". También reconoce el matrimonio infantil como una "barrera al desarrollo sostenible" que "ayuda a perpetuar el ciclo de la pobreza".Apoyada por un grupo interregional de 88 Estados, incluidos países con altas tasas de matrimonio infantil, la resolución demuestra el apoyo mundial para poner fin al matrimonio infantil y convertirlo en una prioridad de derechos humanos y desarrollo en el marco de desarrollo post-2015.De hecho, esta resolución llega en un momento oportuno, apenas unos meses antes de que los Estados adopten los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un ambicioso marco que podría transformar el mundo para 2030. El marco propuesto incluye la meta 5.3, "Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y las mutilaciones genitales femeninas", dentro del objetivo 5, "Lograr la igualdad entre los géneros y la autonomía de todas las mujeres y las niñas".Complementa la resolución adoptada el año pasado en la Asamblea General de la ONUaportando una perspectiva de derechos humanos a los esfuerzos nacionales, que será esencial para proteger a las niñas del matrimonio infantil y apoyar a las que ya están casadas.Aunque no reclama una educación sexual integral como componente clave para prevenir y poner fin al matrimonio infantil, que era una prioridad para muchos defensores, va más allá que la resolución de la Asamblea General del año pasado al instar a los Estados miembros a que adopten medidas para proteger a las niñas del matrimonio infantil y apoyar a las que ya están casadas. resolución de la Asamblea General del año pasado al instar a los gobiernos a promover y proteger los derechos humanos de todas las mujeres y niñas, incluido su derecho a tener control sobre las cuestiones relacionadas con su sexualidad y a decidir libre y responsablemente al respecto. También avanza respecto a resoluciones anteriores al tomar en consideración el matrimonio infantil, precoz y forzado en situaciones humanitarias y de fragilidad.La resolución reconoce la necesidad de planes de acción nacionales sobre el matrimonio infantil, y anima a los Estados a trabajar con la sociedad civil para desarrollar e implementar una respuesta holística, integral y coordinada para abordar el matrimonio infantil y apoyar a las niñas casadas, que será fundamental para la implementación exitosa de los ODS y la meta 5.3.Por último, la resolución pide a la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) que organice un taller de expertos en marzo de 2017 para "examinar y debatir el impacto de las estrategias e iniciativas existentes para hacer frente a los matrimonios infantiles, precoces y forzados y formular recomendaciones para la adopción de nuevas medidas por los Estados y la comunidad internacional".Este próximo paso concreto será una oportunidad para debatir herramientas prácticas que ayuden a los Estados a cumplir con su obligación de derechos humanos de abordar el matrimonio infantil y apoyar a las niñas casadas.
El matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos
- El matrimonio infantil, precoz y forzado es un problema mundial que trasciende países, culturas, religiones y etnias y afecta a unos 15 millones de niñas cada año.
- El matrimonio infantil desempodera a las niñas de por vida, privándolas de su autonomía, su derecho a la salud, a la educación y a una vida libre de violencia.
- Las niñas casadas tienen poco o nada que decir sobre si se casan, cuándo y con quién. Una vez casadas, a las niñas les resulta extremadamente difícil hacer valer sus necesidades ante sus maridos, normalmente mayores que ellas.
- A menudo se presiona alas niñas para que sean madres, con el consiguiente riesgo de muerte o lesiones durante el parto. Las niñas que dan a luz antes de los 18 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el parto que las mujeres de entre 20 y 24 años.
- Después de casarse, las niñas abandonan la escuela, si es que iban a la escuela. Más del 60% de las niñas casadas en los países en desarrollo no han recibido educación formal.
- Una niña que se casa antes de los 18 años tiene más probabilidades de sufrir violencia física sexual y psicológica a lo largo de su vida.
Antecedentes de la resolución