Afganistán

El 28,7% de las niñas afganas se casan antes de los 18 años y el 9,6% antes de los 15.

El 7% de los varones afganos se casa antes de los 18 años.

La edad media más baja al contraer matrimonio por primera vez (edad a la que se han casado la mitad de los encuestados) se da en Nimroz, con 15,9 años.

El matrimonio infantil es más frecuente en Farah(49,6%), Nimroz(48,6%), Badghis(48,2%), Faryab(48,6%), Ghor(50,1%) y Herat(40%).

El matrimonio infantil está motivado por la desigualdad de género y la creencia de que las niñas son inferiores a los niños.

En Afganistán, el matrimonio infantil se ve agravado por:

Desigualdad de género: Las percepciones en torno al género y los roles de género están fuertemente influenciadas por la cultura y la tradición. Esto influye en cómo se valora y se trata a las mujeres y las niñas. La desigualdad de género restringe la capacidad de acción de las niñas y las priva del poder de tomar sus propias decisiones, como con quién y cuándo pueden casarse. Tradicionalmente, se considera a las niñas como una gran fuente de valor económico y de trabajo doméstico para su futuro hogar.

● Nivel de educación: El 35,2% de las niñas sin estudios se casaron antes de los 18 años, frente al 7% de las niñas con estudios superiores. En 2018, hay menos niñas matriculadas en la educación a tiempo completo que niños. Las principales razones son la accesibilidad física a las escuelas, el analfabetismo de la comunidad, la pobreza y la falta de conocimientos sobre la sharia y las leyes nacionales. Los datos del gobierno indican que las niñas que no han completado su educación tienen tres veces más probabilidades de casarse antes de los 18 años que las niñas que han completado la educación secundaria o superior.

Prácticas perjudiciales: Las prácticas tradicionales nocivas suelen estar motivadas por razones económicas. Existe una visión transaccional del matrimonio, que implica el intercambio de dinero y bienes. Las niñas son vistas como parte de esta transacción, por ejemplo, como una fuente potencial de trabajo doméstico. El matrimonio infantil se utiliza a veces para reforzar los lazos entre familias rivales y resolver disputas, una práctica conocida como baad. Las niñas tienen poco que decir al respecto y a menudo sufren graves abusos físicos y emocionales. Cuando intentan escapar, a veces son detenidas por zina (huida), que se considera un delito moral. El baadl es el intercambio de hijas en matrimonio entre familias, ya sea antes de nacer o a partir de los dos años.

Actitudes tradicionales y sociales: Las normas sociales y los códigos tribales de Afganistán indican lo que es socialmente apropiado y aceptable. Estas normas son poderosas para influir en la actitud de una comunidad hacia el matrimonio infantil y la desigualdad de género. Tradicionalmente, Afganistán tiene una sociedad patriarcal y el matrimonio infantil se considera un asunto interno de la familia que viene dictado por códigos religiosos y culturales. Los líderes religiosos, como los mulás y los imanes, desempeñan un papel importante en la formación de las percepciones de la comunidad sobre el matrimonio infantil, ya que son miembros de confianza de la comunidad y desempeñan un papel clave en la celebración de los matrimonios. Un informe de Human Rights Watch de 2017 mostró que cuando una niña es casada, su hermana a menudo tiene que asumir sus tareas domésticas y, en consecuencia, abandona la escuela y se vuelve vulnerable al matrimonio infantil. Incluso la anticipación del matrimonio obliga a algunas niñas a abandonar la escuela.

Marcos jurídicos débiles: En Afganistán existen incoherencias entre las leyes internacionales y las leyes religiosas. La edad legal para contraer matrimonio en el derecho internacional no es válida ni aceptada por los códigos religiosos; más bien la pubertad y la adolescencia son los determinantes clave para el matrimonio. Los líderes religiosos creen que el matrimonio precoz es esencial para prevenir las relaciones sexuales prematrimoniales y otras prácticas inmorales, sobre todo en el caso de las niñas. Estas incoherencias hacen que los niveles de registro de matrimonios sigan siendo bajos, lo que dificulta el seguimiento de las tasas de matrimonio infantil a nivel nacional. La prevalencia de sistemas legales paralelos impuestos por comunidades tribales, familiares y religiosas limita la capacidad de hacer cumplir los marcos en torno al matrimonio infantil.

Embarazo adolescente: En Afganistán, la mayor parte de la maternidad adolescente se produce dentro del matrimonio. Aunque la maternidad puede producirse justo después del matrimonio, las niñas pueden casarse para evitar el estigma social de las relaciones sexuales prematrimoniales y el parto fuera del matrimonio.

● Pobreza: El 43,6% de las niñas de los hogares más pobres se casaron antes de los 18 años, frente al 17,5% de las niñas de los hogares más ricos. La percepción de la naturaleza transaccional del matrimonio infantil y sus esperados beneficios económicos influyen en las familias. Los beneficios económicos son una forma de entender las normas sociales y los códigos tribales, como la práctica del baadal (intercambio de niñas entre familias combinado con el pago del precio de la novia). Las familias que viven en la pobreza suelen casar a sus hijas a una edad temprana para reducir el coste de la vida.

● COVID-19: La pandemia de COVID-19 ha exacerbado la vulnerabilidad de los niños y, en particular, de las adolescentes, lo que ha provocado un aumento de las dificultades económicas. En un estudio de 2021 se constató que, desde la pandemia, el 48% de las familias afganas perdió su fuente de ingresos y el 50% no pudo acceder a alimentos.

Los contextos humanitarios pueden abarcar una amplia gama de situaciones antes, durante y después de catástrofes naturales, conflictos y epidemias. Exacerban la pobreza, la inseguridad y la falta de acceso a servicios como la educación, factores todos ellos que impulsan el matrimonio infantil. Aunque la desigualdad de género es una causa fundamental del matrimonio infantil tanto en contextos estables como de crisis, a menudo en tiempos de crisis las familias ven en el matrimonio infantil una forma de hacer frente a mayores dificultades económicas y de proteger a las niñas de una mayor violencia.

Afganistán lleva casi 35 años en conflicto y la situación general de seguridad sigue siendo tensa en todo el país. En lo que va de 2024, se calcula que aproximadamente 23,7 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria y, en mayo de 2024, 14,2 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda y 6,3 millones son desplazados internos. La persistente inseguridad política, la pandemia de COVID-19, la sequía primaveral de 2021 y el aumento de la violencia han deteriorado aún más la crisis humanitaria. Tras la toma forzada de Afganistán por los talibanes en agosto de 2021, crece la preocupación de que su gobierno tenga un impacto perjudicial sobre las mujeres y las niñas. Sin un control estricto, se puede negar a las niñas el acceso a la educación, aumentando su vulnerabilidad al matrimonio infantil forzado.

En octubre de 2023, dos terremotos de magnitud 6,3 sacudieron el noroeste de la provincia afgana de Herat. Se informó de que aproximadamente 1. 482 personas perdieron la vida debido a los daños y la destrucción causados por el terremoto.

Desplazamiento: Para las familias desplazadas internamente, el matrimonio infantil puede percibirse como una táctica de supervivencia. Por ejemplo, un estudio de 2015 del Consejo Noruego para los Refugiados mostró que las niñas desplazadas internas suelen casarse con hombres mayores que pueden pagar la dote y mantenerlas en tiempos de inseguridad alimentaria.

● Repatriados: Según los informes, muchas niñas refugiadas que regresan a Afganistán corren el riesgo de contraer matrimonio infantil, ya que no tienen acceso a la educación y no pueden optar a la ayuda de las agencias de la ONU. Las familias recurren a concertar un matrimonio precoz para las hijas como táctica de supervivencia percibida.

Afganistán se ha comprometido a poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado para 2030, de acuerdo con la meta 5 .3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Durante el Examen Periódico Universal de 2024, se señaló que habían aumentado las tasas de violencia de género, violencia doméstica y matrimonio infantil, y se denunciaron casos de niñas obligadas a casarse con miembros talibanes. Los trastornos en la educación de las niñas y la inestabilidad económica han empujado a niñas vulnerables a contraer matrimonios forzados.

Durante su Examen Nacional Voluntario en el Foro Político de Alto Nivel de 2017, el gobierno destacó que está trabajando para reducir el número de niñas que se casan antes de la edad legal al 10% para 2030. El gobierno presentó un Examen Nacional Voluntario de2021 en el Foro Político de Alto Nivel, pero en él no se mencionaba el matrimonio infantil.

Afganistán copatrocinó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 2013, 2014 y 2022 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado.

En 1948, Afganistán votó a favor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que aborda las cuestiones del matrimonio infantil y pide a los Estados que adopten medidas legales. Afganistán ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1994, que el Comité de los Derechos del Niño ha interpretado para recomendar el establecimiento de una edad mínima para contraer matrimonio de 18 años.

Afganistán ratificó en 2003 la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, que obliga a los Estados a garantizar el libre y pleno consentimiento para contraer matrimonio. En 2005, Afganistán respaldó el Informe Anual del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la Prevención y la Eliminación del Matrimonio Infantil, Precoz y Forzado.

En 2011, el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño expresó su preocupación por las incoherencias entre el derecho civil, la sharia y el derecho consuetudinario en cuanto a la edad mínima legal para contraer matrimonio, y por la ausencia de medidas efectivas para prevenir y eliminar los matrimonios precoces y forzados. En 2019, el Comité pidió más información sobre la evolución jurídica y política para abordar el matrimonio infantil en Afganistán.

En 2013, el Comité de la CEDAW expresó su preocupación por la persistencia de prácticas adversas perjudiciales para las mujeres, incluido el matrimonio infantil. En 2019, el Comité de la CEDAW solicitó más información sobre la aplicación de políticas y programas para poner fin a las prácticas nocivas, incluido el matrimonio infantil.

Durante su Examen Periódico Universal de 2014, Afganistán apoyó las recomendaciones de revisar la legislación para garantizar que las edades legales para contraer matrimonio en el derecho civil y en las normas de la sharia se ajustan a las normas internacionales. Durante su Examen Periódico Universal de 2019, Afganistán apoyó las recomendaciones de tomar medidas para poner fin al matrimonio precoz e infantil mediante la aplicación de un plan nacional sobre el matrimonio infantil y el desarrollo de programas de sensibilización para acabar con las prácticas tradicionales nocivas.

Afganistán es miembro de la Iniciativa de Asia Meridional para Acabar con la Violencia Contra los Niños (SAIEVAC), que adoptó un Plan de Acción Regional para Acabar con el Matrimonio Infantil y elevar la edad mínima legal a 18 años en todos los países de Asia Meridional para 2018.

Representantes de la Asociación del Asia Meridional para la Cooperación Regional (SAARC), incluido Afganistán, se comprometieron en 2014 con el Llamamiento de Katmandú a la Acción para Acabar con el Matrimonio Infantil en Asia. Como parte de su compromiso, Afganistán garantizará el acceso a recursos legales para las niñas casadas y establecerá una edad mínima legal uniforme para contraer matrimonio de 18 años.

Afganistán es un país socio de la Asociación Mundial por la Educación (AME).

Desde la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021, las mujeres y las niñas, especialmente en la ciudad occidental de Afganistán , Herat, corren peligro de sufrir graves violaciones de sus derechos humanos. Las mujeres y las niñas deben seguir un código de vestimenta obligatorio, tienen restringido el trabajo y el acceso a la educación y se les prohíbe salir de casa sin un mahram (familiar varón que hace de carabina).

En la observación final del CEDAW de Afganistán de 2020, el Comité señaló su preocupación por el hecho de que entre 2017-2021 hay muy poca información de acceso público sobre el matrimonio infantil o información sobre el plan de acción nacional para eliminar el matrimonio infantil.

El 19 de abril de 2017, el Ministerio de Asuntos de la Mujer y el Ministerio de Información y Cultura lanzaron un Plan de Acción Nacional para Eliminar el Matrimonio Precoz e Infantil. El plan se elaboró en colaboración con UNFPA Afganistán y fue el resultado de varias consultas con la comunidad internacional. Tal y como informó UNICEF, estas políticas y legislación aún no han tenido un gran impacto. Una de las soluciones propuestas en este plan de acción nacional era aumentar los registros de nacimientos y matrimonios para que el gobierno pudiera hacer un seguimiento preciso de los matrimonios de menores.

En febrero de 2019, Afganistán lanzó la Política de Educación de las Niñas. Según UNICEF, la política incluye disposiciones para reducir el matrimonio infantil mediante la colaboración intersectorial.

A nivel nacional, el gobierno afgano se ha esforzado por intentar resolver el problema del matrimonio infantil a nivel político mediante la aprobación de la legislación contra el acoso a mujeres y niños. Esta legislación demuestra un avance positivo para abordar la violencia y el acoso contra mujeres y niñas.

Afganistán también ha recibido apoyo de UNICEF para garantizar el registro civil universal para 2024, incluido el registro de nacimientos como intervención sostenible para combatir el matrimonio infantil.

Como se informó al Comité de los Derechos del Niño en 2019, la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC), encargada de proteger y promover las situaciones de derechos humanos en todo Afganistán, ha celebrado un curso de formación a nivel nacional para su personal de derechos del niño en Kabul. En este curso de formación, los empleados estudiaron los niños vulnerables y el apoyo jurídico, la prevención del matrimonio infantil y cómo apoyar a los niños durante los conflictos armados.

La legislación sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (EVAW), que pretende abordar el acoso sexual y la violencia de género, incluido el matrimonio infantil y otras prácticas nocivas, fue firmada por el entonces presidente en 2009. Sin embargo, según un informe de la ONU de 2018, el sistema de justicia penal afgano sigue ignorando en gran medida la violencia contra las mujeres y las niñas.

Antes de 2009, el gobierno afgano promulgó y aplicó una serie de políticas legislativas y estratégicas para proporcionar un marco que contrarrestara la violencia contra las mujeres, incluido el matrimonio infantil. Entre ellas se encuentran:

● Ley para la eliminación de la violencia contra las mujeres (artículos 9, 10, 11 y 12) 2009.

● Artículo 28 de la Ley de eliminación de la violencia contra la mujer (prohibición del matrimonio de menores) de 2009.

● Plan de acción nacional para las mujeres de Afganistán 2007-2017

● Protocolo para erradicar el matrimonio infantil y forzado 2005

Según las leyes nacionales, los chicos y las chicas reciben un trato diferente. Según el artículo 70 del Código Civil de la República de Afganistán de 1977 y el apartado 1 del artículo 99 de la Ley del Estatuto Personal chiíta, la edad legal para contraer matrimonio es de 16 años para las chicas y de 18 para los chicos. Cuando una niña es menor de 16 años, puede contraer matrimonio con el permiso de su padre o de un juez.Esta ley es aplicable tanto a suníes como a chiíes.

Las cuestiones relativas al matrimonio en Afganistán para la población musulmana se rigen de forma diferente para la mayoría suní y la minoría chií. Para la mayoría suní, el artículo 1.2 del Código Civil regula las cuestiones relativas al matrimonio; para la minoría chií, el artículo 2.3 de la Ley del Estatuto Personal chií regula las cuestiones relativas al matrimonio. La sharia y el derecho consuetudinario se solapan.

En ambas sectas religiosas se permite el matrimonio por debajo de la edad mínima legal.

Para los suníes, según el artículo 71(1) del Código Civil, un padre o juez competente puede permitir que una menor de 16 años contraiga matrimonio. Sin embargo, el artículo 71(2) prohíbe terminantemente el matrimonio por debajo de los 15 años.

En el caso de los chiíes, en virtud del artículo 99(2) y 99(3) de la Ley del Estatuto Personal chií, un padre o tutor que comparezca ante un tribunal puede autorizar a niñas y niños menores de 16 y 18 años, si se considera que redunda en su interés superior. La SPSL no estipula una edad mínima absoluta en la que no se pueda autorizar el matrimonio.

Según el artículo 71 del Código Civil de la República de Afganistán de 1977, no está permitido el matrimonio de una niña menor de 15 años; sin embargo, se ha constatado que las leyes religiosas y consuetudinarias contradicen y prevalecen sobre el derecho civil. No se dispone de datos sobre la edad mínima legal para contraer matrimonio en Afganistán una vez consideradas todas las excepciones.

Actualmente se está revisando un proyecto de Ley de Protección de la Familia en el que se igualaría la edad de matrimonio de chicos y chicas a los 18 años.