Haití

En Haití, el 15% de las niñas se casan o se unen en pareja antes de los 18 años, y el 2% antes de los 15 años.

En Haití, el 2% de los chicos se casan o se unen en pareja antes de los 18 años.

Los matrimonios y uniones infantiles, precoces y forzados están motivados por la desigualdad de género y la creencia de que las mujeres y las niñas son de algún modo inferiores a los hombres y los niños.

Hay muy poca información sobre el CEFMU en Haití, pero los estudios disponibles muestran que está impulsado por:

Violencia de género contra las niñas: En el caso de la violencia sexual, algunas niñas son obligadas a contraer matrimonio o a plasaj con los agresores mediante acuerdos extrajudiciales. En 2022, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) informó de 1.119 secuestros y el Sistema Único de Información en Salud (SISNU) registró 16.470 incidentes de violencia de género y 949 casos de violencia sexual.

Los contextos humanitarios pueden abarcar una amplia gama de situaciones antes, durante y después de catástrofes naturales, conflictos y epidemias. Exacerban la pobreza, la inseguridad y la falta de acceso a servicios como la educación, factores todos ellos que impulsan el CEFMU. Aunque la desigualdad de género es una causa fundamental del CEFMU tanto en contextos estables como de crisis, a menudo en tiempos de crisis las familias ven en el CEFMU una forma de hacer frente a mayores dificultades económicas y de proteger a las niñas de una mayor violencia.

A lo largo de los años, Haití se ha enfrentado a problemas sociales, económicos y políticos, a catástrofes naturales recurrentes y a la violencia de las bandas, especialmente en la capital, Puerto Príncipe. En enero de 2024, aproximadamente 5,5 millones de personas necesitaban ayuda humanitaria en Haití. La violencia extrema perpetrada por bandas y grupos armados sigue afectando a zonas remotas y rurales. Las deficiencias estructurales han agravado la falta de servicios básicos, sobre todo porque hospitales, médicos y educadores se han convertido en objetivos. En 2023, aproximadamente un millón de niños que residen en zonas controladas por bandas no pudieron asistir a la escuela debido a la inseguridad.

Catástrofes naturales: En Haití, el terremoto de 2010 habría provocado un aumento de los CEFMU. Esto es habitual en contextos posteriores a catástrofes en los que los niños están desprotegidos, son vulnerables y a veces se les casa como mecanismo de protección. Diez años después, las condiciones humanitarias en Haití volvieron a deteriorarse debido a las catástrofes naturales y los desplazamientos de población, unidos a las tensiones sociopolíticas y las violentas protestas contra el gobierno. En 2024, 906 escuelas habían quedado total o parcialmente destruidas y aproximadamente un millón de niños estaban sin escolarizar. Todos estos elementos contribuyen a aumentar el riesgo de que las niñas haitianas se casen o se unan antes de tiempo.

Haití se ha comprometido a poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado para 2030, de acuerdo con la meta 5.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El gobierno no ha presentado un Examen Nacional Voluntario en ningún Foro Político de Alto Nivel hasta la fecha.

Haití copatrocinó las siguientes resoluciones del Consejo de Derechos Humanos: la resolución de procedimiento de 2013 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado, la resolución de 2015 para poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado, reconociendo que es una violación de los derechos humanos, la resolución de 2017 sobre el reconocimiento de la necesidad de abordar el matrimonio infantil, precoz y forzado en contextos humanitarios, la resolución de 2019 sobre las consecuencias del matrimonio infantil y la resolución de 2021 sobre el matrimonio precoz y forzado en tiempos de crisis, incluida la pandemia del COVID-19. En 2014, Haití también firmó una declaración conjunta en el Consejo de Derechos Humanos pidiendo una resolución sobre el matrimonio infantil.

Haití copatrocinó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 2013, 2014, 2020 y 2022 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Haití ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1995, que el Comité de los Derechos del Niño ha interpretado para recomendar el establecimiento de una edad mínima para contraer matrimonio de 18 años, y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1981, que obliga a los Estados a garantizar el libre y pleno consentimiento para contraer matrimonio.

Durante su examen de 2016, el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño expresó su preocupación por el hecho de que las niñas pudieran casarse a los 15 años en virtud del artículo 133 del Código Civil. También planteó su preocupación por el hecho de que el estatus legal de un niño de 15 años pueda ser renunciado por decisión paterna, lo que lleva a que sea tratado como un adulto ante la ley. Esto coloca a las niñas que se casan jóvenes o se divorcian en una posición especialmente vulnerable.

Durante su Examen Periódico Universal de 2016, Haití apoyó las recomendaciones de establecer un marco jurídico para proteger mejor a las niñas del matrimonio forzado, y de establecer una edad mínima para contraer matrimonio de 18 años tanto para las mujeres como para los hombres.

Haití, como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA), está vinculado al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que reconoce el derecho de hombres y mujeres en edad núbil a contraer matrimonio y pide a los gobiernos que refuercen la respuesta para hacer frente a la violencia y la discriminación de género, incluidos el matrimonio y las uniones precoces, forzados e infantiles, desde una perspectiva que respete la evolución de las capacidades y la autonomía progresiva.

Haití ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belém do Pará) en 1997. En 2016, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) recomendó a los Estados Partes que revisaran y reformaran las leyes y prácticas para aumentar la edad mínima para contraer matrimonio a 18 años para mujeres y hombres.

Haití, como miembro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU, adoptó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo en 2013, que reconoce la necesidad de abordar los altos niveles de embarazo adolescente en la región, generalmente asociados al matrimonio forzado de niñas. En 2016, los países de la CEPAL también aprobaron la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género. Esta Agenda recoge los compromisos asumidos por los gobiernos en materia de derechos y autonomía de las mujeres e igualdad de género en los últimos 40 años en las Conferencias Regionales de Mujeres de América Latina y el Caribe. La Agenda reafirma el derecho a una vida libre de toda forma de violencia, incluyendo el matrimonio forzado y la cohabitación para niñas y adolescentes.

Haití es uno de los países en los que la Iniciativa Spotlight (una asociación mundial plurianual entre la Unión Europea y las Naciones Unidas) apoya los esfuerzos para acabar con todas las formas de violencia sexual y de género y las prácticas nocivas contra las mujeres y las niñas.

Haití es uno de los países en los que el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR)/Iniciativa DREAMS está trabajando para reducir las tasas de VIH entre las adolescentes y las mujeres jóvenes.

Haití es un país socio de la Alianza Mundial por la Educación (AME).

Según el Código Civil de 1982, la edad mínima legal para contraer matrimonio en Haití es de 15 años para las chicas y 18 para los chicos. Con autorización paterna, se permite el matrimonio de niñas a partir de los 15 años y de varones a partir de los 18 años. Además, en algunos casos, el Presidente de la República puede conceder una dispensa para el matrimonio de niñas menores de 15 años y niños menores de 18 años.