Descargue el último informe del Centro de Derechos Reproductivos: “El matrimonio infantil en Asia: Detener la impunidad”
El mes pasado hubo una protesta internacional por "Rawan", una novia yemení de ocho años que murió a causa de las heridas internas que sufrió en su noche de bodas con su esposo de 40 años. Esta historia arroja luz sobre una crisis de derechos humanos que ha estado ocurriendo durante siglos.
Veinticinco mil niños en todo el mundo, la mayoría de los cuales son niñas, se casan todos los días. Y se estima que para 2030, se casarán 130 millones más de niñas en el sur de Asia, una región que representa casi la mitad de todos los matrimonios infantiles.
Los organismos internacionales de derechos humanos han condenado claramente el matrimonio infantil y los gobiernos tienen la obligación legal de eliminarlo. Hace solo dos semanas, más de 100 países copatrocinaron una resolución histórica del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para poner fin a la práctica. Sin embargo, todos los países del sur de Asia, con la excepción de Maldivas, donde la incidencia es la más baja, se han mantenido en silencio.
El matrimonio infantil en el sur de Asia se define por una compleja red de leyes
El estatus legal del matrimonio infantil en el sur de Asia está definido por una compleja red de leyes nacionales, que incluyen códigos civiles, códigos penales y leyes personales que a menudo se contradicen entre sí.
En la India, el matrimonio infantil ha estado prohibido por la ley durante décadas y, sin embargo, está generalizado debido a la falta de cumplimiento de esta prohibición y las excepciones a la ley general derivadas de leyes basadas en la religión. En Nepal, la edad legal para contraer matrimonio se estableció a los 18 años con el consentimiento de los padres, y 20 sin el consentimiento de los padres, y sin embargo, el matrimonio infantil es común, especialmente en las áreas rurales, nuevamente debido a la falta de cumplimiento.
Una premisa fundamental del derecho internacional es que el matrimonio debe establecerse con el consentimiento de ambas partes. Se ha interpretado que los tratados internacionales de derechos humanos establecen una edad legal mínima para contraer matrimonio de 18 años. La Organización Mundial de la Salud ha desalentado el matrimonio antes de los 18 años y el embarazo antes de los 20 años por motivos de salud. Sin embargo, el matrimonio infantil sigue siendo una crisis generalizada de derechos humanos con consecuencias peligrosas para las niñas y mujeres en el sur de Asia.
El matrimonio infantil persiste en el sur de Asia debido al continuo fracaso de los gobiernos para promulgar y hacer cumplir las leyes
A través de nuestra investigación en el Centro de Derechos Reproductivos, hemos encontrado que el matrimonio infantil persiste en el sur de Asia debido al continuo fracaso de estos gobiernos para promulgar y hacer cumplir las leyes que prohíben la práctica, en realidad violando los derechos humanos de estas niñas.
Lo que es peor, las jóvenes a menudo son sometidas a abusos atroces, como la violencia sexual y la violación conyugal, lo que pone en grave peligro su salud y sus vidas.
La presión sobre estas novias jóvenes para dar a luz inmediatamente ha dado lugar a embarazos precoces, muy espaciados y frecuentes que aumentan significativamente el riesgo de mortalidad materna de las niñas debido a complicaciones relacionadas con el embarazo, la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo, según Por 70.000 muertes cada año. Otros resultados adversos incluyen el prolapso uterino, el aborto inseguro y el riesgo de infecciones de transmisión sexual.
La inacción de los gobiernos perpetúa las barreras legales y prácticas que permiten que las niñas se casen contra su voluntad
Sin embargo, los gobiernos del sur de Asia perpetúan las barreras legales y prácticas que permiten que las niñas se casen contra su voluntad sin ningún remedio legal viable o salida a través de su falta de acción y complicidad. En efecto, son responsables de violar los derechos humanos de estas niñas cuando deberían protegerlas.
Las leyes contradictorias en el sur de Asia, junto con la falta de responsabilidad y la voluntad política de los funcionarios para implementar de manera efectiva las leyes y políticas para eliminar el matrimonio infantil, nos han llevado a este trágico impasse. Las novias no tienen realmente ninguna opinión sobre si quieren casarse y están atrapadas en sus matrimonios sin una forma realista de irse porque los gobiernos no protegen sus derechos humanos.
Los derechos humanos no son negociables. Los gobiernos, especialmente en el sur de Asia, deben tomar medidas inmediatas para cumplir con las normas establecidas en la legislación de derechos humanos. Es hora de poner fin al matrimonio infantil y de dar a los derechos de las niñas el respeto que merecen legalmente.
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