Honduras

En Honduras, el 34% de las niñas se casan o contraen matrimonio antes de los 18 años y el 9% antes de los 15 años.

En Honduras, el 10% de los varones se casan o se unen en pareja antes de los 18 años.

Los matrimonios y uniones infantiles, precoces y forzados están ampliamente aceptados en todo Honduras, sobre todo en las zonas rurales, donde el 40% de las niñas se casaron o formaron parte de una unión antes de cumplir los 18 años. La mayoría de las uniones son informales, en lugar de un matrimonio formal.

Los matrimonios y uniones infantiles, precoces y forzados están motivados por la desigualdad de género y la creencia de que las mujeres y las niñas son de algún modo inferiores a los hombres y los niños.

En Honduras, el CEFMU se ve agravado por:

● Embarazo adolescente: Honduras tiene la tasa de embarazo adolescente más alta de Centroamérica. Entre 2015-2020, la tasa de natalidad adolescente en Honduras fue de 97 por cada 1000 niñas para niñas de entre 15 y 19 años. Las niñas que se quedan embarazadas, incluso como resultado de la violencia sexual, a menudo son obligadas a casarse por sus familias para proteger su reputación. En el caso de las mujeres de entre 20 y 24 años, entre 2015 y 2020, el 22% había dado a luz antes de los 18 años.

● Violencia de género: Según un estudio de Plan International y el UNFPA, muchas niñas ven en el matrimonio o en la unión una forma de escapar de la violencia en casa.

● Origen étnico: En Honduras, el CEFMU tiene una alta prevalencia entre el pueblo miskito, seguido de las comunidades afrodescendientes y de habla lenca, y en menor proporción, entre el pueblo garífuna y maya chorti.

Los contextos humanitarios pueden abarcar una amplia gama de situaciones antes, durante y después de catástrofes naturales, conflictos y epidemias. Exacerban la pobreza, la inseguridad y la falta de acceso a servicios como la educación, factores todos ellos que impulsan el matrimonio infantil. Aunque la desigualdad de género es una causa fundamental del matrimonio infantil tanto en contextos estables como de crisis, a menudo en tiempos de crisis las familias ven en el matrimonio infantil una forma de hacer frente a mayores dificultades económicas y de proteger a las niñas de una mayor violencia.

Honduras se ha enfrentado durante años a una violenta delincuencia organizada y la violencia de las bandas está muy extendida. Tiene una de las tasas de asesinatos y feminicidios más altas del mundo. La Mara Salvatrucha (MS-13) y la banda Barrio 18 son tristemente célebres por sus asesinatos, extorsiones y tráfico de drogas.

Además, en 2020, Honduras se enfrentó a dos huracanes, Eta e Iota, que causaron graves destrozos, sequía e inseguridad alimentaria. Honduras se enfrenta a uno de los peores niveles de inseguridad alimentaria y la economía sigue sufriendo la crisis que provocó la pandemia del COVID-19.

● Violencia de bandas: En los últimos años, la guerra de bandas y la violencia han transformado Centroamérica, incluida Honduras, en uno de los lugares más peligrosos del planeta, con una mujer asesinada cada 36 horas. Honduras tiene la segunda tasa más alta de feminicidios de la región. Aproximadamente 3,2 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de medio millón de personas, en su mayoría mujeres, niños y menores no acompañados, han huido y buscan asilo en México y Estados Unidos. Entre 2004 y 2019, se estima que 247.000 personas también fueron desplazadas internamente en Honduras debido a la violencia. Como se informa en un estudio de Plan International y UNFPA de 2019, en Honduras cuando los padres migran, las hijas mayores se convierten en responsables de sus hermanos menores, y muchas niñas buscan una unión temprana como una forma de huir de la carga doméstica de su familia de origen. Además, las mujeres y las niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia sexual durante la ruta migratoria y hay pruebas de que las niñas son raptadas o presionadas para casarse con miembros de bandas. Desde la pandemia del COVID-19, los índices de violencia de género y feminicidio han aumentado. Si bien las experiencias previas en otros contextos humanitarios muestran que la violencia y el desplazamiento forzado aumentan la vulnerabilidad de las niñas al CEFMU, se necesita más investigación para comprender el impacto de la crisis de refugiados centroamericanos en el CEFMU.

Honduras se ha comprometido a poner fin al matrimonio infantil, precoz y forzado para 2030, en consonancia con la meta 5.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El gobierno presentó una Revisión Nacional Voluntaria en el Foro Político de Alto Nivel de 2020, pero en ella no se mencionaba el matrimonio infantil. El gobierno debe presentar una Revisión Nacional Voluntaria en el Foro Político de Alto Nivel de 2024.

Honduras copatrocinó las siguientes resoluciones del Consejo de Derechos Humanos: la resolución de procedimiento de 2013 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado, la resolución de 2015 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado, la resolución de 2017 sobre el reconocimiento de la necesidad de abordar el matrimonio infantil, precoz y forzado en contextos humanitarios, la resolución de 2019 sobre las consecuencias del matrimonio infantil, la resolución de 2021 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado en tiempos de crisis, incluida la pandemia del COVID-19, y la resolución de 2023 sobre poner fin y prevenir el matrimonio infantil. En 2014, Honduras también firmó una declaración conjunta en el Consejo de Derechos Humanos pidiendo una resolución sobre el matrimonio infantil.

Honduras copatrocinó las resoluciones de la Asamblea General de la ONU de 2014, 2016, 2018, 2020 y 2022 sobre el matrimonio infantil, precoz y forzado.

Honduras ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1990, que el Comité de los Derechos del Niño ha interpretado para recomendar el establecimiento de una edad mínima para contraer matrimonio de 18 años, y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en 1983, que obliga a los Estados a garantizar el libre y pleno consentimiento para contraer matrimonio.

Durante su examen de 2022, el Comité de la CEDAW expresó su preocupación por la elevada tasa de abandono escolar y de embarazos de adolescentes indígenas y afrohondureñas, debido al matrimonio infantil. El Comité recomendó al gobierno que redujera las altas tasas de analfabetismo entre las mujeres y niñas indígenas y afrohondureñas y facilitara la reinserción y la sensibilización sobre la importancia de la educación para las niñas.

Durante su examen de 2016, el Comité de la CEDAW expresó su preocupación por el hecho de que las disposiciones del Código de Familia de Honduras siguieran permitiendo el matrimonio de niñas menores de 16 años. Recomendó al gobierno que abordara las causas profundas del matrimonio infantil.

Honduras, como miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA), está vinculada al Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que reconoce el derecho de hombres y mujeres en edad núbil a contraer matrimonio y pide a los gobiernos que refuercen la respuesta para hacer frente a la violencia de género y la discriminación, incluidos el matrimonio y las uniones precoces, forzados e infantiles, desde una perspectiva que respete la evolución de las capacidades y la autonomía progresiva.

Honduras ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (conocida como Convención de Belém do Pará) en 1995. En 2016, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI) recomendó a los Estados Partes que revisaran y reformaran las leyes y prácticas para aumentar la edad mínima para contraer matrimonio a 18 años para mujeres y hombres.

Honduras, como miembro de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, adoptó el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo en 2013, que reconoce la necesidad de abordar los altos niveles de embarazo adolescente en la región, ya que suelen estar asociados al matrimonio forzado de niñas. En 2016, los países de la CEPAL también aprobaron la Estrategia de Montevideo para la Implementación de la Agenda Regional de Género. Esta Agenda recoge los compromisos asumidos por los gobiernos en materia de derechos y autonomía de las mujeres e igualdad de género en los últimos 40 años en las Conferencias Regionales de Mujeres de América Latina y el Caribe. La Agenda reafirma el derecho a una vida libre de toda forma de violencia, incluyendo el matrimonio forzado y la cohabitación para niñas y adolescentes.

Honduras es uno de los países en los que la Iniciativa Spotlight (una asociación mundial plurianual entre la Unión Europea y las Naciones Unidas) apoya los esfuerzos para acabar con todas las formas de violencia sexual y de género y las prácticas nocivas contra las mujeres y las niñas. La Iniciativa Spotlight en Honduras se ha centrado en disminuir las tasas de feminicidio. Entre 2005 y 2017 en Honduras hubo 5.000 víctimas de feminicidio, con 389 casos solo en 2017. La inversión total de la Unión Europea entre 2019-2022 ha sido de 10 millones de dólares. Los fondos se han distribuido de la siguiente manera:

Política: Análisis de lagunas y refuerzo de la legislación en materia de igualdad de género y violencia de género; revisión del Protocolo Modelo Latinoamericano para la Investigación de los Asesinatos de Mujeres por Razón de Género.

Institución: Implicar y capacitar a las instituciones sanitarias, educativas y de seguridad para que aborden adecuadamente la violencia contra las mujeres y el feminicidio, y capacitar y proporcionar a las principales partes interesadas las herramientas sobre conocimientos sensibles al género.

Prevención: Sensibilización y apoyo a organizaciones locales que trabajan junto a los más marginados de la sociedad, como las mujeres indígenas, LGBTQ y afrohondureñas, mediante actividades que empoderen y transformen las normas sociales patriarcales y de género.

Datos: Impulsar el programa Infosegura mediante el uso de la tecnología para analizar los datos de feminicidios y violencia contra las mujeres, así como para identificar los factores socioeconómicos que propician estos delitos.

Movimientos de mujeres y sociedad civil: Trabajar con adolescentes para garantizar la participación de los jóvenes en campañas de sensibilización sobre la gravedad de la violencia contra las mujeres y el feminicidio, y promover un mayor diálogo sobre el tema.

En 2021, la Iniciativa Spotlight se centró en reforzar la incidencia política y apoyar a las organizaciones de la sociedad civil y a los grupos de mujeres en la aprobación de instrumentos legales por parte del poder legislativo que apoyen las acciones contra la violencia contra las mujeres y las niñas y el feminicidio (VCMNyF), así como en garantizar la asignación adecuada de recursos. Durante el periodo que abarca este informe, el proyecto dio prioridad a:

Formación formal y no formal para aumentar los conocimientos sobre la VCMN.

Planificación y presupuestación sensibles al género.

Promover y apoyar estrategias locales y nacionales que respondan al trabajo dirigido por la Secretaría de Asuntos de la Mujer.

La puesta en marcha de una atención integral a las víctimas y supervivientes de la VCMNyF.

El fortalecimiento de las capacidades para generar estadísticas temáticas sobre VCMN y F, no sólo a nivel institucional sino también entre los adolescentes.

Honduras es un país pionero de la Alianza Mundial para Acabar con la Violencia Contra los Niños y un país socio de la Alianza Mundial por la Educación (GPE).

El 18 de noviembre de 2021, el gobierno de Honduras lanzó el Plan de Acción Nacional (PAN) para poner fin a la violencia contra los niños (2021 - 2026). El plan de acción se elaboró tras una encuesta nacional sobre la violencia contra los niños realizada en 2017. El proceso contó con el apoyo de un grupo asesor, UNICEF y la Alianza Global para Acabar con la Violencia Contra la Niñez (EVAC). El propio plan de acción nacional se basa en el marco INSPIRE de EVAC, que ofrece estrategias basadas en pruebas para eliminar la violencia contra los niños.

En julio de 2017, Honduras aumentó la edad mínima legal para contraer matrimonio a 18 años, tanto para niños como para niñas, sin excepciones.

Anteriormente, la edad mínima para contraer matrimonio era de 16 años y permitía exenciones si los padres daban su consentimiento.